Pollasqui nació en Lanús, Provincia de Buenos Aires, Argentina en 1987. Es un artista autodidacta que transcurre los caminos de La pintura, escultura ensamble, collage digital y la poesía.
El ansia de “pulcritud”, que delimitó los placeres y vedó la producción del “conocimiento” por el arte (relegado a la mera observación y a la representación “objetiva” del mundo), es por identificación la oposición al “hedor” que las urbes y el pensamiento fabril ven en América como realización de todas sus pesadillas.
El arte de Pollasqui se aparta de las pretensiones profanas, siempre en guerra con los espíritus, sin temor a caer en la complejidad “sobrenatural” de la naturaleza. Es una búsqueda, no hacia el “sentido”, sino, hacia el significado “por sí” de la realidad que se nos presenta, primitiva, inconmensurable. Al no convertir a ésta para él, sino, dejándose convertir por las cosas, como el conjuro mágico, no las transforma en pura verdad, retorna al “mana”, revive la reflexión del ritual y los mitos de América, conviviendo con ellos. En los Pollasquis, se le devuelve la vida al objeto (y a la historia) para reforzar su misión “mágica” (oculta) sin ningún deseo de control.
Esta mimesis que logra el autor, sin omnipotencia del pensamiento, se ve alentada por un uso libre de las formas y los objetos. El collage, permite la deconstrucción y reconstrucción de la globalización digitalizada. Las imágenes se nos presentan en las redes y en la “Web” normatizadas por el algoritmo, producto de la organización funcional e instrumental del mercado, tan fría, muerta y vacía como el pez sobre el hielo del mostrador; Pollasqui devuelve a la imagen el signo, invoca, convierte nuestro estremecimiento en sagrado y reintegra a las cosas su poder invisible.
El arte de pollasqui es expresión de búsqueda por la liberación que soporta aún hoy “América”, rompe el diálogo instrumentalizado de los poderosos, desconoce academicismos estructurantes, rechaza el museo, en él se conjuga lo geométrico con el caos, el origen y el futuro, el manual y la calle. Los colores y los símbolos se vuelven lenguaje diverso pero inevitable. La distribución sobre el plano y la falta de profundidad se paga con la fuerte influencia “analéctica” que nos pone más allá “del todo” para un encuentro excitante con “lo americano”, la falta de mera “representación” se paga con el ineludible mensaje simbólico. El astro sol abandona el altar del culto patriarcal, se pone en relación con los sujetos; el desierto puede ser ciudad y el campo una gran fábrica; los personajes, que nos representan, se realizan en la inmanencia con el paisaje. El “ser” (calculado) se vuelve “estar” (autónomo). El sujeto se disfraza de animal y abraza al ciclo de lo natural una vez más.
Esta serie de obras, que cuenta con más de cien piezas, posee un enorme valor de uso lúdico, psicológico, intelectual, inspiracional, pero sobre todo es un intento por dejar al “espíritu” narrar, nombrar y contar su mensaje, que nos llega a la urbe desde lo inmenso de américa, “por sí mismo” para ayudarnos a explicar los descalabros de la realidad americana. Además, su obra no se agota en lo visual, y mucho menos en lo digital: la obra fuertemente simbólica de los collage se extiende con el mismo sentido en su producción poética, donde siempre la realidad ataca al lector; sus esculturas, íntegramente hechas de material reciclable restaura el poder del “mana” que poseen las cosas que el mercado rechaza, se construyen desde el impulso poético, pensadas casi con vida propia, se convierten fácilmente en material lúdico producto de su experiencia como tallerista de producción de juguetes reciclados.
El “simbolismo latinoamericano” es la imagen de una región que recupera su contexto “mágico” para emancipar la reflexión. Siempre indescifrable pero nunca escéptico, Pollasqui hace de su obra un conjuro sobre nuestra memoria, nos desafía a asumir lo inacabado y diverso de nuestros “ser americano” en un mundo que se disuelve en el pensamiento totalitario.
Ur.
Lanús, Octubre 2019.
Material de consulta
HORKHEIMER Y ADORNO, “Dialéctica de la Ilustración. Fragmentos filosóficos”, Traducción: Juan José Sánchez, Simancas Ediciones, S.A, Valladolid, 1994.
KUSCH, “América profunda” en “Obras completas Tomo II”, Editorial fundación Ross, Santa Fe, 1998.